El año 1945 quedó marcado por la derrota del nazi fascismo y el consecuente fortalecimiento de las ideas democráticas. En Brasil, esas ideas producen amplio movimiento popular, que objetiva dos puntos básicos: amnistía y elecciones. La crisis del Estado Novo es evidente.
El Partido Comunista del Brasil (PCB), única organización que, aun en la clandestinidad, se identificaba con la resistencia a la dictadura y con las ideas libertarias, cataliza gran parte de ese proceso. Artistas e intelectuales se aglutinan en torno a sus propuestas transformadoras.
El PCB lanza candidato propio a la presidencia de la República y, para la Asamblea Constituyente, reúne el mayor número posible de nombres conocidos y de prestigio.
Es así que Portinari, Jorge Amado, Caio Prado Júnior y otros integran sus listas en los Estados. Las elecciones se realizan en diciembre, el PCB elige un senador (Luiz Carlos Prestes) y 14 diputados, entre los cuales Jorge Amado. Portinari no es electo.
En las elecciones de 1947, fue nuevamente candidato, postulándose a un lugar en el Senado. Desde el inicio del escrutinio, el nombre de Portinari parece confirmarse. Sin embargo, no es electo por pequeño margen, lo que pone en duda la transparencia del pleito. En mayo, el Tribunal Superior Electoral cancela el registro del PCB, y el partido vuelve a la clandestinidad.
La intensificación de la persecución a los comunistas lleva a Portinari a viajar al Uruguay en exilio voluntario.
En mayo de 1951, es lanzado el movimiento de artistas en apoyo a los ciudadanos presos o perseguidos por “delito de opinión”, entre los cuales Portinari, que nunca se desafilió del Partido Comunista, aunque se haya alejado de la política partidaria en sus últimos años de vida.
Vinícius
– ¿Cómo llegó usted a la posición política?
Portinari
– No pretendo entender de política. A mis convicciones, que son profundas, llegué por fuerza de mi infancia pobre, de mi vida de trabajo y lucha, y porque soy un artista. Siento pena de los que sufren, y me gustaría ayudarlos a remediar la injusticia social existente. Cualquier artista consciente siente lo mismo…